domingo, 31 de mayo de 2009

Alfonso Lopez Pumarejo


Alfonso López Pumarejo (31 de enero de 1886 - 20 de noviembre de 1959) fue el Presidente de Colombia durante dos períodos: 1934-1938 y 1942-1945.

López nació en Honda, departamento del Tolima, el 31 de enero de 1886, en un hogar que tuvo seis hijos, nacidos todos en Honda. López fue el tercero, pero el mayor de los varones. Fueron sus padres Pedro A. López y Rosario Pumarejo de López. Contrajo matrimonio con María Michelsen en 1911. Uno de sus hijos, Alfonso López Michelsen, fue también Presidente de Colombia.

A principios de 1901 viajó a Inglaterra a continuar sus estudios en el Brighton College. Posteriormente viajó a los Estados Unidos donde adelantó estudios de comercio en la Packard School de Nueva York. Nunca obtuvo un título profesional, si bien su preparación en el exterior le permitió tener una visión más contemporánea del mundo, de la economía y de la política; volvió a Bogotá en 1904, empezando a colaborar en los negocios de su padre (y en especial el Banco López) durante doce años.

Carrera Política
Se desempeñó primero como diputado a la Asamblea del Tolima, su tierra natal, y luego como representante a la Cámara (1925-1930). A la par con sus inicios en las corporaciones públicas, se destacó como columnista político del "Diario Nacional" y "La República", desde donde empezó a ser más conocido en los círculos políticos, así como entre la gente del común, como un líder comprometido con la causa de su partido. Como empresario, participó en la fundación del Banco Mercantil Americano, la Compañía Mercantil de Ultramar y el Diario Nacional. Por esta época conoció y trenzó amistad con el también joven y sobresaliente líder conservador Laureano Gómez, junto a quien se encargó de promover la renuncia del presidente Marco Fidel Suárez en 1921; pero pocos años después, cuando Gómez y López pasaron a liderar sus respectivos partidos políticos sus caminos se separaron y se convirtieron en acérrimos contradictores. En 1922 ejerció por algunos meses el Ministerio del Tesoro.


Consolidación
Para 1929 López se había convertido en uno de los principales líderes políticos del país. Había organizado unncilco de conferencias en el Teatro Municipal de Bogotá, dentro del cual criticó al gobierno por abusar del crédito externo y lograr lo que denominó una "prosperidad a debe". Fue elegido director del Partido Liberal Colombiano en asocio de los generales Antonio Samper Uribe y Leandro Cuberos Niño. Los generales Samper y Cuberos eran dos veteranos militares, fieles durante toda su vida pública al Partido Liberal y a sus líderes, los fallecidos generales Rafael Uribe Uribe y Benjamín Herrera; por esta razón habían sido escogidos como directores del partido, pero fueron opacados rápidamente por López, quien era mucho más hábil como político. Causó un gran revuelo cuando en la convención liberal de ese año propuso que "El liberalismo se debe preparar para retomar las riendas del poder", en un momento en que no parecía haber forma de derrotar a un Partido Conservador que gobernaba desde 1886.

Para las elecciones de 1930 el conservatismo no logró reunirse en torno a una candidatura, y sus electores se debatían entre el general Alfredo Vázquez Cobo y el poeta y ex ministro Guillermo Valencia. Este hecho fue visto por López como la oportunidad de recuperar la presidencia para el liberalismo. A sabiendas de que su candidatura podría provocar la unión conservadora (debido a su franca beligerancia contra el régimen), López propició y coordinó la candidatura del embajador de Colombia en Estados Unidos, Enrique Olaya Herrera, un destacado liberal que en varias ocasiones había servido como ministro de los gobiernos conservadores y no generaba mucha suspicacia entre los dirigentes de ese partido. Efectivamente en las elecciones ganó el partido liberal, gracias a la división de Vázquez y Valencia y al manejo estratégico que López le dio a esta oportunidad con la candidatura de Olaya.

Durante el gobierno de Olaya, López tuvo una participación destacada como diplomático, claro que sin ningún cargo determinado, sino como delegado del presidente para varios asuntos trascendentales, como la negociación final de la paz con Perú, pactada en la ciudad de Río de Janeiro en 1933, tras la guerra de 1932. Durante estos años López se mantuvo como máximo líder del partido liberal, y pocos dudaban de su candidatura presidencial para el siguiente periodo.


Primer Gobierno
Para las elecciones de 1934, no hubo en el Partido Liberal nadie capaz de enfrentar a López Pumarejo por la candidatura presidencial, mientras que el Partido Conservador, previendo la abrumadora mayoría que obtendría el candidato liberal, decidió abstenerse. Enfrentando sólo al líder indígena Eutiquio Timoté, candidato del Partido Comunista de Colombia, López fue elegido con más del 99% de los votos como Presidente de Colombia.

Durante su gobierno concibió y llevó a término un conjunto de reformas en los ámbitos constitucional, agrario, tributario, judicial, universitario, laboral y de política internacional. Su gobierno recibió el nombre de Revolución en Marcha, concepto esgrimido por él mismo como "el deber del hombre de Estado de efectuar por medios pacíficos y constitucionales todo lo que haría una revolución por medios violentos".

El cuatrienio de 1934 a 1938 fue una controversia de principio a fin. Cada una de las reformas propuestas por el presidente suscitó la reacción alarmada de un sector acomodado de la población que veía vulnerados sus privilegios. Es así como la oposición al gobierno se concentró, además del Partido Conservador, en la Iglesia, los industriales y los terratenientes.


Reforma Constitucional de 1936
En 1936 reformó parcial, pero contundentemente, la constitución de 1886, dando paso a una nueva concepción del Estado, para lo cual contó con el liderazgo de su ministro de Gobierno Darío Echandía, quien como vocero del gobierno fue el gran protagonista en el Congreso de la Revolución en marcha. Echandía fue más tarde también Presidente de la República. En la reforma del 36 se cambió la concepción del Estado gendarme, propia de la Constitución de 1886, por la del Estado como entidad capaz de obligar al ciudadano al cumplimiento de sus deberes sociales. La reforma del 36 tuvo influencias de la Constitución de la Segunda República Española de 1931 y, para algunos, formuló los primeros enunciados de lo que después se conoció como Estado social de derecho.

Aplicó en economía la teoría intervencionista del New Deal, promovida por Franklin Delano Roosevelt en Estados Unidos; estableciendo como norma constitucional el intervencionismo de Estado; ahora éste intervendría en la economía del país, con la intención no sólo de racionalizarla, sino de dar al trabajador una protección, introduciendo un equilibrio entre las relaciones obrero-patronales; precisamente la reforma reconoció legalmente el derecho a la huelga y el gobierno promovió activamente la formación de sindicatos.

La reforma constitucional estableció la definición de la propiedad por su función social. Entre los efectos más notorios de esta nueva norma, se encuentra el derecho del Estado para realizar expropiaciones de terrenos, bajo el principio de la utilidad pública, especialmente en los extensos territorios ociosos de los terratenientes.


Reforma Tributaria
Fortaleció el sistema tributario, obligando a las grandes empresas a aumentar sus impuestos. La reforma tributaria estableció que las industrias y grandes empresas tributaran más que antes. Se elevó el impuesto a la renta; consiguió que las rentas consolidadas por posesión de capital fueran gravadas más fuertemente que las derivadas del trabajo; es así como se crearon los impuestos de patrimonio y exceso de utilidades y se introdujeron cambios en los impuestos sobre la masa global hereditaria, asignaciones y donaciones.

Todo esto con el fin de captar de las franjas más adineradas de la población los recursos necesarios para la realización de obras públicas en los sectores de salud, educación y transporte, especialmente. Esta reforma generó una grave rencilla entre el gobierno nacional y los grandes empresarios, acostumbrados a aportar una cantidad mínima de sus utilidades al fisco.


Reforma Agraria
Basándose en la norma constitucional de la función social de la propiedad, explicada anteriormente, el presidente López promovió una reforma agraria, la primera llevada a cabo en el país, que incluyó normas sobre la explotación de la tierra, los derechos de los arrendatarios y colonos sobre las tierras de los patronos y las condiciones laborales óptimas para los jornaleros. Según palabras de Gerardo Molina este debió ser "el comienzo de la revolución agro-industrial, la que tenía en su favor muchos elementos para realizarse si el liberalismo se hubiera decidido"; pero nuevamente, López contó con el rechazo de las clases adineradas del país, en este caso no de los industriales, sino de los terratenientes.


Reforma Educativa, Impulso a la Universidad Nacional
Durante el gobierno de López Pumarejo se compraron los terrenos y se empezó a construir la Ciudad Universitaria de Bogotá, para albergar en un solo ambiente a todas las facultades y escuelas que formaban la Universidad Nacional de Colombia y que estaban distribuidas por toda la ciudad. Así mismo promovió la integración de facultades e institutos, la dotación de recursos financieros suficientes, la democratización de sus autoridades (el rector era elegido por un consejo superior, en el que tenían participación profesores y estudiantes), el establecimiento de las libertades académicas, la autonomía relativa, la participación de profesores y estudiantes en el manejo del claustro, la presencia de la mujer, la apertura de nuevas y más diversas carreras, el estímulo a la investigación, los servicios sociales y la función de extensión académica. Estas reformas permitieron llevar a la Universidad a la vanguardia educativa de la época. En reconocimiento, hoy por hoy el estadio y uno de los auditorios más importantes de la Universidad llevan el nombre del ex presidente López.

Las características de la reforma universitaria se extendieron al resto del sistema educativo, golpeando duramente a la Iglesia, debido a la laicización y liberación de la educación básica y media (secundaria), ya que se reducían las horas semanales de educación religiosa, para dar paso a las primeras clases de educación sexual en el país, así como de daba en las cátedras de filosofía, la importancia antes no concedida a las teorías liberales y naturalistas, propugnadas por autores antes prohibidos por el clero (Soren Kierkegaard, Friedrich Nietzsche, etc).


Relaciones Exteriores
Durante este mandato hubo dos asuntos de gran interés para el gobierno nacional en materia de política exterior, de una parte las negociaciones del tratado de paz con Perú y de otra, las relaciones con Estados Unidos.

En cuanto a las relaciones con Perú, el gobierno logró luego de casi dos años de echarles cuento y hacerles un debate en el Congreso, la aprobación del tratado firmado en Río de Janeiro, al que el conservatismo había puesto multitud de trabas.

En cuanto a Estados Unidos, el presidente López fortaleció la relación con este país, a través del presidente Franklin Delano Roosevelt, con quien tranzó una amistad personal, y con quien coincidiría en los aspectos generales del New Deal. Uno de los retos más grandes para López en este aspecto fue dar a entender a la opinión nacional el cambio en la política exterior estadounidense, caracterizada antes por la intervención militar y económica directa en los países de América Latina, frente a la política de Roosevelt, que se dirigía por la consigna del "Buen Vecino"


Obras
Fue un presidente que se propuso tecnificar al país con diferentes reformas como:

Quitar a la iglesia la supervisión de la educación; se abrió la libertad de enseñanza.
Permitió en la educación que se realizase la ciencia y la tecnología que reclamaba la actividad industrial.
Estas reformas fueron rechazadas por parte de los terratenientes, de algunos industriales y de la iglesia.
Hizo un censo a nivel nacional.
Permitió a la mujer la educación universtiaria.

Segundo Gobierno
Tras finalizar su mandato en 1938, viajó al exterior y regresó a Colombia a principios de 1942 con la intención de volver a gobernar. El sector moderado del liberalismo, encabezado por el presidente saliente, Eduardo Santos, no respaldó a López, pese a lo cual ganó la candidatura de su partido. López se enfrentó y derrotó en la elección al ex ministro Carlos Arango Vélez, también liberal y apoyado por el Partido Conservador.

Durante su segundo mandato, que inició el 7 de agosto de 1942, López no consiguió reunir la fuerza suficiente para sacar adelante nuevas reformas y, por el contrario, se enfrentó a un panorama de muy dura oposición.Ademas varios escandalos pusieron en tela de juicio la transparencia del gobierno, como por ejemplo, la compra por parte de alfonso Lopez Michelsen en dudosas condiciones de negociacion.

En el campo internacional, cabe destacar el paso de la neutralidad frente a la Segunda Guerra Mundial en el gobierno de Santos a la declaración de guerra a las potencias del Eje que realizo Colombia apenas llegado López al poder.

La Crisis e intento de Golpe EstadoLa situación de crisis generalizada por la Segunda Guerra Mundial creo en el país un ambiente muy distinto al de su primera administración; en esta oportunidad la imposibilidad de fomentar la industria media y ligera frenó duramente la economía. Sumado a esto, la división del Partido Liberal y la tenaz oposición conservadora diezmaron la capacidad de maniobra del presidente y acrecentaron el descontento general, al punto de que por dos días (julio de 1944) fue apresado en Pasto por el coronel rebelde Diógenes Gil. Consiguió, gracias al maestro Darío Echandía, Designado a la Presidencia (vicepresidente), quien asumió el mando, y a su ministro de Gobierno Alberto Lleras Camargo, develar la conspiración y mantenerse en el poder.


Reforma Laboral
Pese a todos los inconvenientes, López consiguió implantar una reforma laboral que había dejado esbozada en su primera administración. En ella se desarrollaban apartes de la reforma constitucional de 1936, comprendiendo que en una economía en vías de actualización capitalista, había que codificar la relación patrón-obrero, pues la fuerza de trabajo debía organizarse con sistemas de contratación y jurídicos más estables. Se propició, entonces, el sindicalismo, con el fin de armonizar la condición obrera con las necesidades estructurales de la industrialización, y se garantizó el derecho a la huelga.

Así mismo estableció el reconocimiento del contrato de trabajo como entidad jurídica autónoma, dio al gobierno facultades para establecer modelos que sirvieran como contrato presuntivo y para fijar el salario mínimo, decretó la jornada laboral de ocho horas y el pago de horas extras.


Reforma Constitucional de 1945
Ya en las postrimerías de su mandato, sacó adelante una nueva reforma constitucional que incluyó la concesión de la ciudadanía a la mujer, pero sin derecho a votar; la prohibición para los militares de sufragar y la disminución del número de debates para la aprobación de leyes, entre otras medidas.


Relación con los Trabajadores
Cabe detallar la relación de López con los trabajadores, ya que ha sido considerado uno de los presidentes colombianos con mayor respaldo en la clase obrera, por haber sido, como ya se dijo, un fiel garante de sus derechos. Durante sus presidencias, López renunció en cuatro oportunidades (1936, 1937, 1944 y 1945), y todas las veces se generaron enormes manifestaciones de trabajadores en favor del presidente para evitar su renuncia, pero la última vez, la renuncia fue irrevocable.


La Renuncia Irrevocable
Debido a la crisis desatada y a profundos problemas familiares (grave enfermedad de su esposa, que lo obliga a separarse del poder, por seis meses, octubre de 1943 a mayo de 1944, siendo sustituido también por Echandía), presenta su renuncia irrevocable al Congreso y entrega el poder a Lleras Camargo, nuevo Designado Presidencial y Ministro de Relaciones Exteriores, el 7 de agosto de 1945.


Ministros Destacados
Aquí se listan algunos de los más destacados miembros de los gabinetes de López Pumarejo en sus dos gobiernos:

Enrique Olaya Herrera, Ministro de Relaciones Exteriores.
Alberto Lleras Camargo, Ministro de Gobierno y de Relaciones Exteriores.
Darío Echandía, Ministro de Gobierno, de Educación y de Relaciones Exteriores.
Adán Arriaga, Ministro de Trabajo.
Alberto Pumarejo, Ministro de Gobierno
Carlos Lleras Restrepo, Ministro de Hacienda.
Jorge Soto del Corral, Ministro de Hacienda y de Relaciones Exteriores.

Hechos post-gobierno
En 1946, por designación de Mariano Ospina Pérez, Alfonso López presidió la delegación de Colombia en las Naciones Unidas; en esta asamblea y en el seno del Consejo de Seguridad (del que llegó a ser presidente en 1948) desempeñó una labor constructiva y destacada.

Se retiró de sus funciones diplomáticas cuando Ospina cerró el Congreso en 1949, y regresó al país para respaldar a la oposición liberal. Respaldó el golpe de Estado del general Rojas Pinilla, como medida para acabar con el extremismo de derecha de Laureano Gómez, pero cuando el nuevo presidente empezó a tornarse autoritario y dictatorial le reitró su apoyo y emprendió la oposición, provocando el incendio de su casa en Bogotá, lo que le obligó a exiliarse en México. Desde el destierro promovió la unión de los dos grandes partidos para recuperar la democracia, lo cual conllevó a los pactos de Benidorm y Sitges, que permitieron la caída de Rojas, y el advenimiento de la Junta Militar.

Alfonso López Pumarejo falleció siendo embajador de Colombia en el Reino Unido en Londres el 20 de noviembre de 1959. Por su gran obra reformista, es considerado uno de los líderes más importantes de la historia de Colombia, y el ícono más importante del progresismo liberal del siglo XX.

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